Es una noche para reflexionar, no? El otro día me senté frente al mar, quien es un sabio sin tiempo, sus olas que van y vienen sin pensar si es aburrido o si están cansadas, siempre tiene disponible entregando una mejor sonrisa representada en una ola...grande , mediana o chica, el mar te regala lo que sabe dar...sonrisas en forma de ola...que suben y bajan, manteniendo un certero equilibrio, el mar es inmenso, sabio, puro y en su fuerza natural se esconde la energía pura de la vida en constante movimiento y cambio....
Me senté y solo lo observe...que pequeños son mis ojos para observar semejante magnitud de vida y naturaleza, observe y escuche atentamente y al mismo tiempo mi voz interna me empezó a hablar, empezó a surgir naturalmente....y de la nada, la charla entre mar y mi voz interna fue intensa...al punto de cerrar los ojos y rezarle y entregarle al mar unos deseos, unos anhelos, simplemente los entregue a la magia del mar, a su sabiduría, confiando plenamente que el mar se los iba a llevar al tiempo quien en concordancia con la providencia y el amor infinito que abunda en el universo, iban a trabajar en ellos, a su debido tiempo y contaban con mi ayuda, nada es librado al universo y tirado al caótico azar que no entiende de orden sino en dar vueltas como un cubilete ruidoso sin pensar en favorecer, sino en cumplir su papel tan dramático vistos según los ojos en el tiempo que nos toca vivir..
La tarde siguió en calma, el mar pido que vuelva pronto y abrí los ojos y sentí paz, que las cosas siguen un camino y depende de uno alimentar el camino para que florezcan aquellas sonrisas que buscan alimentar el alma de aprendizaje y sabiduría.
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