El pasado esta siempre golpeando puertas y ventanas de nuestro ser, reclama constantemente que miremos para atrás, le prestemos atención, nos trata de decir : heyyy mira como estoy hoy!!!, cuanto cambie!!!, mírame y recordame, haceme presente, con mirarlo lo convertimos en un presente añoso e inerte que solo nos aprieta mas la cuerda.
Creo que nada mas importante que andar espiando al pasado es mimar y decorar al presente porque es el único camino que podemos sentir donde pisamos, donde podemos admirar lo que vemos, lo que dejamos atrás es solo un camino que dejo de ser y por eso no es bueno volver la mirada para atrás porque ya no es lo que fue antes y no lo volverá a ser mas adelante quizás.
Muchas veces nos tentamos a mirar hacia atrás esperando encontrar algo de satisfacción o de nostalgia y esa nostalgia muchas veces no es mas que un barro pegajoso que no es sano.
Recordar el pasado como un libro de experiencias y enseñanzas es la mejor manera de valorarlo, de que sea un aprender sustentable y constante, sano, recordar el pasado de esta forma es recordarnos porque estamos donde estamos y que elecciones hicimos para que eso, que era nuestro presente, hoy es nuestro pasado.
He visto muchas veces mi pasado, tanto de niño como de adulto y puedo asegurarme que trae diferentes sabores, dulces y amargos, si puedo darme cuenta que de mi pasado que mi vida presente esta en este momento, en el ahora que es el mas vivo e importante que requiere toda mi presencia, mirar para atrás solo nos ayudara a recordar que fue algo en su momento y que eso quedo atrás por motivos que nos hicieron decidir en ese momento presente que pasara a convertirse en pasado.
Creo que la función del pasado es solo de recordar que hemos vivido y sirve para entender y no para justificar nuestro presente.
El pasado fue bello y de gris quedo pintado, donde están los vivos colores de nuestra vida es el momento presente, así que tenemos que vivir el aquí y ahora.
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