Van transcurriendo los días sin pausa y con prisa, no porque el tiempo se haya acelerado, sino mas porque de tanto gimnasio y de fiebre social, los pies han ganado ritmo y velocidad y la gente no camina, acelera.
Y ese ritmo frenético, despausado le impone vértigo a todas las cosas, desde nuestro interior aprisionado en los vaivenes que son impuestos desde el afuera se proyecta una velocidad única para casi todos las cosas, somos como internamente nos movemos.
Soy tan consciente de eso que les sucede, que no hago otra cosa que detenerme a una distancia holgada y los observo pausadamente y con compasión, tratando de entender que los acelera si el tiempo esta ahí y nunca necesito velocidad para nada, los miro en silencio triste y ni una pizca de mi humanidad decide mezclarse con ellos para que mi mirada no los haga sentir tan solos en ese instante.
Salgan, vayan, corran, empujen lo mas que puedan, están solos, por mas que sean miles de miles de uds, se que están solos y los entiendo y nada puedo hacer para que se den cuenta, quizás lo saben, quizás internamente ese ego envenenado hasta la raíz mental se los susurra lentamente, y se que detrás de ese susurro el ego esconde su risa malévola, disfrutando mientras les resta instantes a su vida, nada puedo hacer, ya que hasta q no tomen conciencia de esos instantes, mi intervención es débil, vacua e invisible. para uds.
Una vez que los veo alejarse de mi sombra pisoteada por sus pies veloces, ahi atino a movilizarme en paz y calma, alegre de no mezclarme donde los condimentos envenenan el alma.
Sigo mi camino pensando que esa pausa ante esa vorágine es una sutil y clara diferencia entre ellos y yo.
Ojala algun dia el tiempo cansado de que lo hagan correr todo lo que puedas, tome forma y grite sus minutos y segundos en palabras fuertes y firmes: "Paciencia y tiempo humamos, correr no es la clave del disfrute del vivir, la vida de una persona no se puede acelerar"
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