Comunicación
Movimiento, objetos, habla y palabras:
Nos comunicamos mediante símbolos burdos.
Los llamamos “objetivos",
Pero no podemos escapar de nuestro propio punto de vista.
No podemos comunicarnos directamente de mente a mente, y así los malos entendidos son un problema perenne. Los movimientos, los signos, la conversación, y la palabra escrita son todos estorbados por la falta de comunicación. Una docena de testigos de un mismo evento no pueden ponerse de acuerdo en una sola versión. Cada uno puede ver algo diferente en las cartas dispuestas por un mago de circo. Por lo tanto, somos eternos prisioneros de nuestra subjetividad.
Los seguidores del Tao afirman que no conocemos ninguna verdad absoluta en este mundo, sólo diversos grados de ambigüedad. Algunos a esto le dicen a esto poesía, otros le dicen arte. La realidad continúa siendo que toda la comunicación es relativa. Quienes siguen el Tao son prácticos. Saben que las palabras son imperfectas y por lo tanto les dan una importancia limitada: el símbolo no es lo mismo que la realidad.
La comunicación hoy lo representa todo. A medida que el mundo evoluciona, nuestros grados de comunicación aumentan, y los grados de separación entre los humanos, también.
Tenemos muchos maneras de comunicarnos, muchos medios para hacerlo y asi y todo la incomunicación aumenta, las confusiones también y el entendimiento y respeto entre las personas desaparece, se hace difuso.
Y esto pasa y seguirá pasando, hasta que un día tomemos las riendas de nuestra conciencia, le prestemos atención y la alimentemos cada día con buenas acciones.
Somos prisioneros de nuestra subjetividad y estamos a merced de los deseos y deberes de nuestro Ego, el hoy lleva las riendas de nuestra vida.
Existen tantas realidades como seres humanos ruedan en este mundo, lo que veo yo, tu lo puedes ver de otra manera y lo que yo expreso, tu lo interpretas de manera distinta al otro que me entendió.
En la comunicación, la interpretación es esencial como así también las palabras que usamos y como las expresamos, en cada palabra que decimos, lleva impresa como huella la emoción en la que estamos inmersos y eso marca mucho el clima de la comunicación.
Cuando alguien comunica algo, es dicho por alguien y ese alguien es las palabras que emplea, como comunicamos somos.
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