Hacer el Amor
El aguacero nocturno
Despierta a los amantes,
Inunda el valle.
Hacer el amor es natural. ¿Por qué avergonzarse de ello?
Eso parece simple, pero en realidad es un gran desafío en estos tiempos complejos. Demasiadas otras capas de significado se han impuesto sobre el sexo. La religión lo pone en camisa de fuerza, los ascetas lo niegan, los románticos lo glorifican, los intelectuales teorizan sobre él, los obsesivos lo pervierten. Esas acciones no tienen nada que ver con hacer el amor. Vienen del fanatismo y del comportamiento compulsivo.
¿Podemos realmente dominar el desafío de lograr que el hacer el amor sea algo abierto y saludable?
El sexo no debería ser usado como palanca, manipulación, egoísmo o abuso. No debería ser el motivo de nuestras compulsiones y desengaños personales.
La sexualidad es un reflejo honesto de nuestra personalidad más íntima, y deberíamos asegurarnos de que su expresión sea saludable. Hacer el amor es algo misterioso, sagrado, y frecuentemente la interacción más profunda entre personas. Ya sea que lo que se cree sea una relación o un embarazo, el legado de ambos miembros de la pareja será inherente en su creación.
Lo que ponemos en el amor determina lo que obtenemos de él.
"Hacer el amor con otro ser, es reafirmar el amor propio entregándolo sin limites y es un encuentro de universos humanos chocando en la fusión corporal y emocional del alma. Es el fluir de la vida misma como lo hace la lava cuando el volcán hace sonar su brutal energía, penetrando sin detenciones y arrasando en el calor, todo cuerpo sediento de bravura y éxtasis de arder en llamas.
Hacer el amor, es el volar de la honestidad del cariño y la calidad del amor, cuando en los besos húmedos se dicen las verdades que los corazones solo saben expresar sin palabras y las vibraciones llegan su punto de clímax total, en ese punto es donde el amor es puro, natural y verdadero."
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