He recorrido un largo camino, un camino nada fácil y de nada fácil que lo ha sido, han aparecido oportunidades.
Algunas las deseche por miedo al cambio y por que la estática del momento era solo un confort efímero, mortal, que de a poco succiona la savia de la vida poco a poco.
Otras las espere por mucho tiempo y me convertí en buzón del tiempo, siempre con las manos abiertas a la espera de ellas, solo me llegaron cenizas grises de rumores que se quemaron en la víspera de la espera.
Algunas las acepte, llevado por la intriga de la aventura y al inocencia del no saber, su gusto al final no era dulce acostumbrado, su gusto era de eso que te recuerdan que a veces el dulce empacha la mente y nubla los sentidos, perdiendo foco del camino.
Las pocas, las pocas que fueron y son, han traído alegrías, satisfacciones y adornan el futuro gracias a un presente vital y fuerte y a un pasado que respalda las acciones hacia adelante a través de la reflexión y el aprendizaje.
Esas pocas oportunidades se presentan chiquitas, duras de roer, no se muestran como las faldas de una joven ansiosa de placeres efervescentes o de un joven alegre y desnucado, por las burbujas nocturnas embotelladas ni los humos extraños empapelados en viajes de dudoso fin, no, esas oportunidades llegan en silencio, se muestran de a poco esperando que el agraciado cuente con las virtudes para desatarla de los mil nudos que la aprietan y la atan sin soltar sus beneficios como globos de tantos colores.
Las oportunidades abundan dicen los caminos, los vientos que suelen llevarlas en sus lomos a tantos viajes, afirman que vuelan alto para ser alcanzadas por aquellos que se animan a volar alto y solo el sol las ilumina cuando las sombras internas del ser se permiten la posibilidad de un comienzo.
Sigo recorriendo un largo camino, las mismas virtudes lo adornan reforzadas por el aprendizaje en el tiempo, todo enseña que se obtiene lo que se busca con la siembra de la meta, el riego de los esfuerzos y la paciencia para su alumbramiento, quien no entiende esto quizás, necesite cambiar las semillas o primero sembrarse uno para poder luego sembrar hacia afuera.
El camino es duro, es largo, tiene desvíos que no indican a donde llevan, tiene atajos que no siempre son fructíferos, son áridos o abundantes, tiene las características que cada persona va agregándole y en esto algo claro: ES UNO QUIEN ELIGE EL CAMINO Y COMO HACERLO
La vida es inmensa como la unión de los mares con el cielo y del sol con las montañas, tan grande como una casa de mil ventanas y dos puertas, por una puerta se entra y en cada ventana amanece una oportunidad, la segunda puerta puede ser la salida, a veces se llega, otra veces no..... de uno depende y de ese depender se hace el camino tambien.
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