Me he entregado a tus manos,
que me rodean con lienzos de seda
mientras recorres mi cuerpo
con besos de mil sabores.
Que eterno se hace el encuentro
cuando el amor puro se llama a silencio
en esta batalla amorosa
donde las palabras sobran.
Me enredo en tus cabellos como un niño jugando,
tus brazos son como hamacas en un arco iris
donde vislumbro el brillo de tu mirada
donde me baño en tus besos húmedos.
Sumiso me entrego a tus placeres
sabiendo que de ellos me encuentro hambriento
nada detiene mi deseo de vos
y nada detiene esas ansias voraces.
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